miércoles, 6 de noviembre de 2013

Amor de todos los tiempos...

Existe solo una persona en este mundo con la que he experimentado tantas, tan variadas y hasta misteriosas conexiones, Isa, mi única hermana. De niñas, compartíamos las mismas “amigas imaginarias”, Títi y Payasa. Para los mayores ellas eran un simple invento infantil, sin embargo, para nosotras cada hora a su lado era una aventura mágica que traspasaba la realidad, nos sacaba sonrisas y nos llevaba a un universo paralelo más feliz, más complejo, más nuestro, que a veces nos aturdía tanto que nos hacía compartir incluso la misma cama. Con el pasar de los años, ya en la adolescencia, la cosa se tornó más real y continuamos compartiendo los amigos. El inquebrantable lazo con Sandra Milena Ramírez GonzálezDiana Patricia MateusSuOm Uheri FrancisStefânia Peña Landazábal yYolangel Rodriguez Caicedo, es prueba de ello. Durante la época de la universidad nos convertimos en una familia junto con Fidel y Roxy, nuestros gatos. Vivimos en, por lo menos, 10 apartamentos de diferentes zonas de Bogotá. Con los pagos de las facturas todos los meses, las mudanzas, los amigos, el estudio, luego el trabajo, los viajes, la libertad y las personas que pasaron por nuestra vida aprendimos juntas, y sin darnos cuenta, a ser adultas. Un día, decidimos que cada cual armaría su equipaje y tomaría su camino. La senda parecía distinta, pero hoy, después de un año, no creo que haya sido casualidad que hayamos terminado viviendo en el mismo país. Ella en el norte y yo en la capital de Argentina. A pesar de que hay una extensa distancia entre las dos ciudades, todavía estamos conectadas por un enlace telepático que dudo que en esta u otra vida se llegue a romper. No hay otra como tú. Gracias por escuchar mis llamados a la distancia y estar conmigo siempre que te necesito. Te quiero, Chiqui. Feliz cumple. Att: Tita.

sábado, 12 de octubre de 2013

Delirio

Yuxtapox Magazine

El sentimiento la carcome. La tiene enceguecida, hundida. Le es imposible respirar. Cada vez que traga una bocanada de aire siente cómo mil navajas se le clavan en el pecho. La atociga la pena.

Trata de abrir la boca, sus dientes están clavados en la legua, le supura. El pus es su alimento. Trata de buscar algo de dulzura en ese agujero repleto de porquería amarilla. En sus labios solo encuentra pellejos disecados, se los arranca con las muelas para contrarrestar la amargura de su corazón.

Cada exhalación la entierra en su propia tumba. Suspira suave, solo lo necesario para continuar viva.

Escucha sus murmullos a lo lejos. Ellos cuchichean como perros endemoniados enalteciendo la injustica, el odio. Se burlan de su enajenación.

No estoy tan desequilibrada como ustedes piensan, hipueputas. Que alguien me escuche. Que alguien me rescate. Ayuda, por favor, ayuda.

Cierra los ojos y recuerda aquella noche de luna llena cuando su amor, su único querer, le regaló la luna. Una lágrima se derrama y le carcome la piel. Él nunca se enteró de lo mucho que significaba para ella, de lo mucho que lo piensa, de lo que lo admira, de lo que lo ama. Siempre le exigió ser la mejor, ser perfecta, pero sus esfuerzos eran en vano, había algo en deuda.

Quiero que no sientas, que seas fuerte, quiero que aceptes como soy. Trágate mi odio con alegría, embútete en la boca mi mierda con una sonrisa, búscame pero no me encuentres, adórame pero no me lo demuestres, ódiame en silencio, calla pero cántame una canción que me haga feliz.

La confunde el deseo. No puede con esta dualidad. Es imposible actuar como los dementes.

Se retuerce en la cama. Los ácidos le queman las paredes del estómago. ¡aaaaaahhhhhhhhhhh, qué misera!

¿Dónde estás? Regresa pronto. Me muero. Queda postrada bocabajo.

Escucha unos pasos acercándose. Vienen desde la cocina. Su ritmo es cada vez más rápido. Toc, toc, toc, toc, toc, toc, toc. Alguien se para a su lado, larga un suspiro fuerte.

Una mano cálida toca su espalda y la hace estremecer. ¿Quién es? shhhhhhhhhhhhhhhhh...¿Quién es? Vuelve a escuchar la inspiración. Se siente sosegada. Los párpados se le cierran como plomos.

Abre los ojos y todo a su alrededor está temblando. ¿qué pasa? unos niños pálidos de ojos razgados se suben a la cama tratando de alcanzarla. Quítense, ¿quiénes son ustedes? Ríen y su cara se les desforma. Váyanse. Le tocan la cara con sus garritas heladas. No, no, no más, por favor. Aléjense.

Un arlequín jueguetón vuela sobre la escena. Jajaja, tímbala, tímbala, tímalatán, jajajaja. De qué se trata toda esta mierda? jajajaja, tímbala, tímbalatan.

Socorro! socorroo! que alguien venga en mi auxilio.

Tímbala, tímbala, tímbalatan, jajaja.

Lánguese, malditos.

Jajajaja, tímbala, tímbala, tímbalatan.

Nooo, noo, no. Sucumbió.

Cocoíno

Esta mañana me desperté pero mis ojos no se abrieron. Ya no sentía dolor, ni angustia. Estaba liviana como una pluma. Fui al cuarto de Graciela y traté de llamarla, de tocarla, pero ella seguía dormida. Me asusté porque no respondía. Esta está en el quinto sueño todavía. Me senté en mi silla, esa blanca de plástico con el cojín de retazos que me hizo ella cuando todavía usaba la máquina con la que me confeccionó todos los vestidos y los calzones que poseo y que guardo como tesoros en los cajones de mi cómoda.

De pronto, escuché que se abría el portón y vi que la Negra entraba a cambiarle el pañal a la mamá. Cómo la quiere, siempre quise que alguien sintiera lo mismo por mí. Después de atenderla pasó por mi habitación y me saludó como todas las mañanas con esa sonrisa inigualable y contagiosa. Buenos días, Mariíta. Sin embargo, cuando me tocó no pude sentir el calor de su mano. Marííta, Mariíta, repetía mientras le temblaba el cuerpo. María despiértese.

Salió corriendo desesperada a la calle y empezó a llamar por el celular. Nadie le contestaba porque todas mis niñas a esa hacen ejercicio para estar más hermosas de lo que son. Mis niñas, aunque no las parí son como mis hijas, las amo como si hubieran crecido en mis entrañas. A todas las vi nacer, a todas les hice el tetero y las arrullé en mi regazo cada noche hasta que se dormían tranquilas. A todas las vi progresar y elegir sus caminos.

La Negra no se dio cuenta pero yo estaba parada al lado de ella escuchándola y diciéndole Negra, perdón, ya mi fui. Ayer cuando me sobaste la mano y te pedí que no te apartaras de mi lado me estaba despidiendo de ti, me hallaba ad portas de dejar este cuerpo viejo que tanto sufrió, que solo conoció la felicidad estando al lado de una familia, que aun no compartiendo la sangre supo acogerme y darme amor sin conocerme, a esas personas a las que jamás les pedí nada a cambio porque mi deuda con ellos era tan grande e infinita que nunca quise nada más que su compañía.

Me llamo María Aurora Meldivesa. Pocos me conocen. Mi pasado es un misterio, para mí fue calvario. Dejo hoy este cuerpo que padeció golpes, amargura, injusticias, desamor, que guardó miles de secretos e infamias, que huyó de su terruño para encontrar un poco de paz y con los años se resquebrajó poco a poco para otorgarle eternidad aun alma que supo pagar sus penas con servicio desinteresado y que a partir de este momento está libre.

Esta es la vista que me acompañó más cincuentas años en el hogar que me recibió como una más de sus parientes y al que le debo mi emancipación.

Adiós, mis Cocoínos.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Sin rumbo

Rai Escalere/ Yuxtapoz Magazine
Abrió los ojos, largó fuerte el aire y pensó: Prueba superada. No enloquecí, la semana fue una mierda, pero lo logré. En su rostro se esbozó una sonrisa. Los sueños empezaron a fluir. Era primavera. El sol irradiaba sobre un jardín colmado de flores y plantas exóticas. Sobre el pasto reluciente estaba un grupo de gente elongándose para encontrar paz, ella los guiaba. Sus fantasías también le mostraban pequeñas manitas, risas, lugares desconocidos, besos, caricias, letras, ternura, felicidad. Se emocionó por ese futuro incierto. Volvió a reír.

Se abrió la puerta de la habitación. Estiró sus brazos, así suele llamarlo. Ella esperaba impaciente ver su luz, pero en lugar de ello entró una corriente helada y una cara transformada, pálida. Ya vuelvo, tengo algo que decir. Ella pensó que bromeaba. Él, desconcertado y nervioso, se acostó en la cama. Esto no va a ser fácil. Dijo sólo nueve palabras. Ella se sintió mareada, perturbada. Tragó saliva. Haz lo que tengas que hacer.

Se levantó, entró al baño y lavó su cara. ¡Qué reto! ¿ah? siempre tiene que volver a tanterar si lo cimientos son realmente fuertes. No importa, no es nadie, pero sabe cómo manipularlo, cómo hacerlo dudar. Vino el egoísmo. Mi duelo, mi desastre de días quedó en el olvido por un pasado que no tuvo mañana, por quien ya no existe.

Sabía lo que tenía que hacer y decir. Si no lo comprendía, todo se le iba a venir en contra. De pronto, la vio aparecer (como suelen emerger todos los meses). Estaba sobre su hombro izquierdo. Se veía inofensiva, razonable. Es necesario que le dejes en claro que tu eres más importante, que ya no pertenece a ese ayer. Mmhh, suena sensato. Pensó ella. Su conciencia le pedía a gritos que no la escuchara. Recuerda los problemas en los que nos ha metido, por favor, no la oigas.

Es injusto que toda tu preocupación se vea rebajada a la inexistencia. ¿Qué tiene que hablar con ellos? esto quiere decir que todavía son más importantes que tu y los tuyos. Reía. No, es verdad, no es que sean significativos; hay intento de control, es cierto, pero debemos ser más inteligentes. No caigamos en lo mismo. Vamos, se puede.No seas estúpida, no se puede confiar en nadie.

Al salir del baño ya la tenía dominada. Estaba perdida en un laberinto sin salida. Lo miró a los ojos. Lo mío quedó atrás, eh? No puedo creer que todavía se asome y cause este efecto. Tengo mi historia, bueno?. Yo cerré la mía. Tengo mi historia, bueno?. Yo valgo un carajo.

Se odiaron, se laceraron el pellejo, se rasgaron las almas, la ira servía de cuchilla, una fuerza inhumana los poseyó. Volaron las palabras, la ira, el descontrol, la sinrazón. Todo estalló.  Él logró escapar arrastrándose. Ella quedó hecha pedazos. Se levantó. No pude conmigo. Intentó pedir ayuda, pero ya estaba cegada, sorda.

Lo buscó por cielo y tierra. Los perdóname iban y venían.  Las heridas todavía estaban abiertas, sangrantes. Él se negaba. Era un ser impenetrable. Ella sabía que él tenía razón. Oprimida por su angustia buscó el refugio equivocado. Se ahogó. No pudo controlarlo. Plasmó su dolor en los muros. Cayó rendida. Durmió.

Por momentos veía luces, mucha gente, escuchaba sirenas. ¿qué pasa? ¿me preguntó acaso qué hice o por qué lo hice? ¿qué tomé? ¿por qué tomé? Era Vodka, vodka. Yo sólo quería sofocar mi frustración, mi incapacidad de hacer las cosas bien, de no ser perfecta, buena para él, para ellos, para nadie ¿Y yo por qué tengo que ser como todos quieren? Debería ser yo y ya. Al que le gustó bien y al que no que se joda.

Un pinchazo en el brazo la despertó. Alzó la cabeza y la dejó caer. Pasó la lengua carrasposa por sus labios, estaban secos. Podía sentir los cueritos levantados. Empezó a mirar alrededor. Se sintió observada, señalada, los ojos que alguna vez fueron su luz la habían traicionado. Lo culpó. Lo odió. Chilló, aulló, berreó.Volvió a extrañarlo, a amarlo. ¿Y ahora, de esta cómo salgo?



jueves, 29 de agosto de 2013

Ella

Ella, hija de una familia pujante y berraca de Santander. Ella, la mayor entre seis hermanos. Ella, conoció la etapa de la Violencia ( 1946-1958) de joven y recuerda con detalle cada barbaridad que cometieron los Chulavitas y los Pájaros como si lo hubiera vivido ayer.Ella, es un libro vivo de historia. Ella, soñaba con ser médica cuando a las mujeres en Colombia no se les permitía estudiar medicina. Ella, dejó la comodidad de su hogar para ir a estudiar a la capital y cumplir su más grande anhelo. Ella, se convirtió en una alumna destacada de bacteriología de la universidad Javeriana. Ella, experimentó la más hermosa historia de amor durante el Bogotazo (1948). Ella, se graduó en una de las primeras promociones de mujeres bacteriólogas del país. Ella, se casó y dejó la capital para ir de ciudad en ciudad al lado de su esposo. Ella se hizo madre de siete niños.Ella, fue feliz. Ella, conoció el desamor. Ella, se llenó de coraje. Ella, trabajó día y noche en su laboratorio y en el antiguo hospital Amelia. Ella, educó sola a sus hijos. Ella, se hizo profesora de la universidad Francisco de Paula Santander. Ella, viajó por el mundo. Ella, es abuela de seis nietos. Ella, perdonó. Ella, confía. Ella, una heroína. Ella, mi Isabelita.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Unos lentes oscuros, un beso y un triciclo

Darren Dubicki / Yuxtapoz Magazine

Era el mejor día del año, era mi cumpleaños. La tarde anterior había estado en el centro con mi mamá buscando los botones del vestido que me había mandado a hacer con Aurita, la costurera. Caminamos sin parar, entramos a todos los almacenes de botones hasta que encontramos unos que combinaban perfecto con el verde oliva de la braguita, esa que se convertiría en mi mejor atuendo por años y que vendría a recordarme para siempre este día.

Había pasado la noche en vela. No podía decidirme entre el camión de bomberos o el triciclo azul de dos puestos. Me encantaba la idea de la sirena para pegarle un buen susto a Carmen cuando se negara a darme un pancito de queso recién horneado, pero, el triciclo parece una nave intergaláctica, seguro Claudia no se resistiría a dar una vuelta conmigo hasta el río, ¿qué estoy diciendo, río? seguro llegaremos al espacio y pasearemos por la luna. Decidido! el carrito es lo que quiero, a Carmen la seguiré espantando con las lagartijas del patio.

Antes de que mi mamá llegara a despertarnos yo ya me había bañado y puesto el uniforme. Jamás me había quedado tan perfecta la línea que partía mi pelo de medio lado.Mi amor, quedaste buen mozo; y te vestiste solito. Feliz cumpleaños. Claro, mamá, ¿no ves que ya soy un niño grande? tengo cinco años.

Me paré en la puerta de la casa a esperar el bus diez minutos antes de lo normal. Adentro mis hermanos todavía se peleaban por el último pan de coco. En eso salió mi papá con su traje de paño, impecable como siempre, y sus enormes anteojos opacos. Cuchi, no te olvides de nuestra cita. Yo regreso a eso de las cinco para ir a buscar tu regalo. ¿Ya pensaste qué querías? Mira que no tengo tiempo para dar tantas vueltas. Sí, papá, ya sé qué quiero. Me besó.

La mañana era perfecta. Estaba fresca, había una brisa tenue y fría que hacía ondear las palmas con perfecta sincronía. En el salón, las horas se me hacían eternas. Cada tanto le tiraba la falda a la maestra. Profe Laurita, ¿qué hora es? Las ocho Joaquín. ¿Y cuánto falta para las 12? Faltan Cuatro horas. Regresaba a mi puesto, me sentaba, con trazos desiguales hacía el esbozo del triciclo rozando la faz de la Luna (con Claudia a mi lado, por supuesto). Al rato me levantaba. Profe Laurita ¿Qué hora es? Las ocho y veinte, Joaquín.¿Entonces, cuánto falta para las 12? Faltan 3 horas y 40 minutos. ¿Me vas a tener todo el día así? Profe, hoy mi papá me va a comprar una nave para ir al espacio con mi novia. ¿Novia? ¿tu ya tienes novia? pero si eres un niño. Profe, ya soy un niño grande, hoy cumplo cinco años, entonces ya puedo tener novia y un triciclo para volar hasta las estrellas. Ay Joaco, ni siquiera los gringos han llegado.

El bocadillo con queso y el sándwich de jamón que me había preparado mi mamá se los regalé a Miguel y a Juan. La cabeza no me daba para comer, sólo podía pensar en la ruta que me llevaría a surcar los astros. Chicos, ustedes saben cuánto tiempo se demora uno en llegar a la luna? No sé, como mil años - contestó Miguel mientras se atragantaba con el pan- ¿Mil? no, pero eso es imposible. ¿Mil años en triciclo, estás seguro? Sí, mi papá me dijo que los gringos están planeando ir al espacio en un cohete y que se tardarán cinco días, pero si vas en triciclo seguro serán años y años. ¿Puedes pedalear rápido? ¿ Ya preparaste los cascos y el traje espacial? Recuerda que allá no se puede respirar, entonces tienes que llevar un poco de aire. Deberías guardarlo en un globo. Sí, sí, de esos preparativos me encargo esta tarde.

El resto de las clases se pasaron volando, pensaba en las provisiones que debía reunir ¿Será que hará frío? mmmhh tal vez sí, llevaré un par de sacos. Cuando llegue a mi casa voy a llenar mi lonchera con galletas, pan, chitos y chocolatinas Jet. Además me llevaré el álbum de calcomanías y le voy a quitar unos cuentos a Margarita para Claudia, así  no se aburre en el camino. Así fue, toda la tarde estuve muy ocupado reuniendo cada detalle.

A las cinco ya estaba en la puerta de la casa bañado, perfumado y vestido con mi braguita nueva. Mi mamá me dijo que me veía hermoso. En la acera estaban los bobos de mis hermanos jugando a la Lleva, tenía unas ganas de jugar y vengarme del coscorrón que me dio Emilio en la mañana cuando me felicitó por mi cumpleaños. Pero no puedo, debo permanecer intacto para cuando llegue mi papá. Vamos a ir a la Araña de Oro después de comprar el regalo. Me voy a pedir la milhoja más grande.

Llegaron las cinco y mi papá no llegaba. Qué raro! él es muy puntual. Cinco y media, un cuarto para las seis, las seis, las siete, a las ocho no aguantaba la ira y me puse a llorar. ¿cómo puede hacer esto? Mamá, mamá ¿por qué mi papá no llega? Mis hermanos se burlaban de mí. ¡No te quiere, no te quiere!. No sé, mi amor, tal vez se complicó en el trabajo. Las nueve, las diez y o seguí inmóvil en la acera, con lágrimas en la cara, pero aún no se me había desacomodado ni un pelo. Diez y media, desde afuera escucho sonar el teléfono. A los pocos minutos sale mi mamá con los ojos rojos y blanca como el papel. Joaquín, entra ya. Tu papá no va a volver.

El lado oscuro de la Luna http://la.juxtapoz.com/illustration/the-dark-side-of-the-moon

miércoles, 21 de agosto de 2013

Alójese como un 'rockstar', la experiencia de hospedarse en un Hard Rock Hotel

Para muchos la vida de las estrellas de rock siempre fue un misterio. Se especulaba acerca de cómo vivían, si su vida sería una continua fiesta, llena de lujos y excesos. Cuando se abrió la primera sucursal del Hard Rock Café en Londres, en 1970, la gente pudo acercarse a ese mundo impenetrable. Luego, en 1995, se inauguró el centro vacacional y de entretenimiento Hard Rock Hotel y Casino Las Vegas, para mostrarle al planeta todo sobre esta raza que lleva la música en las venas.
Hoy son 173 sedes en 53 países, que incluyen 138 restaurantes y 15 hoteles casinos. El último de esta marca en abrir sus puertas fue el Panama Megapolis, el primero en América Latina. Está ubicado en el corazón de la capital panameña, sobre la avenida Balboa, y cuenta con 66 pisos, 1.468 habitaciones y un centro de convenciones con capacidad para 3.200 personas, además de bares, restaurantes y un exclusivo spa. El hotel hace parte de la cadena Decameron gracias a una alianza entre los grupos económicos Seminole Hard Rock Entertainment, Megapolis Investment Group y Decameron Group of Hotels & Resorts.
Eran las tres de la tarde cuando pisamos el lobby. De fondo se oía Heart of Glass de la banda estadounidense Blondie. Luces, pantallas con videos y juegos interactivos, letreros de neón, un Trabant usado por U2 en un programa de televisión en 1993, la tradicional tienda donde se venden camisetas, llaveros, botones y otros souvenirs, varias vitrinas que exponen los trajes que Elvis, Billy Idol y Marilyn Manson habían lucido en sus conciertos, estuvieron encargados de darnos la bienvenida.
Entrar a este hotel fue transportarse automáticamente a una especie de altar del mundo del rock, en el que las guitarras, los vestuarios estrafalarios, las fiestas, las notas musicales, las baterías, los bajos, los micrófonos, los sintetizadores, los zapatos y las coreografías se convierten en reliquias dignas de admirar.
Cada espacio del Hard Rock Hotel Panama Megapolis tiene una particularidad. Al dirigirnos a las habitaciones, no sólo estuvimos acompañados por el sonido de una legendaria banda sino que en las lámparas de las salas de descanso y en las paredes encontramos estampadas frases tan célebres como “Have you ever experienced?” de Jimi Hendrix o “I search myself, I want to find me” de Divinyls.
Cuando el ascensor abrió las puertas vimos la imagen de Marilyn Manson cantando en uno de sus conciertos estampada en la pared. A su lado, la puerta de mi habitación. Al entrar, lo primero que apareció fue una enorme sala con muebles modernos, televisor gigante y una vista inigualable de los edificios de la ciudad con el mar de fondo.
La habitación tenía tantos detalles que realmente lograba impactar. La tela del tendido de la cama, por ejemplo, estaba hecha con pequeñas guitarras y las almohadas tenían un bordado con este instrumento. Los cuadros eran imágenes de grandes estrellas. A mí me correspondió Jimi Hendrix, quien, desde su marco de colores, estuvo vigilante durante toda la estadía.
Las amenities de los baños venían en una divertida presentación estilo rockero. Además cada huésped tiene la posibilidad de descargar gratis en su tableta o su smartphone una selecta lista de música, elegida por el hotel.
No había terminado de percatarme de todo lo que tenía la habitación cuando el teléfono sonó. Me avisaban que el siguiente plan sería un recorrido para conocer las instalaciones.
Lo primero que vimos fueron los distintos tipos de habitaciones, entre las que se destacan las deluxe y las rock suite gold y platinum, las cuales cuentan con uno o dos ambientes amplios y modernos, sin duda ideales para ir de vacaciones con la familia o con un grupo de amigos. Las últimas fueron las studio y las rock star suites, más espectaculares y grandes que las anteriores, pero, eso sí, con un precio mucho más alto.
El recorrido nos llevó al spa, donde nos encontramos una bata de baño que el mismo Elvis había usado. Luego pasamos por la peluquería en la que, además de cientos de secadores de pelo, maquillaje, zona para arreglarse las uñas, se imponía una frase de Lady Gaga: “I’m the spirit of my hair, it’s all the glory that I bare”.
El paseo terminó de nuevo en el lobby, donde lo más curioso fue el baño de hombres, cuyas puertas tienen pintada una enorme guitarra que las cruza, y, por supuesto, el rincón que le rinde homenaje a la cultura latina, con un traje de Gloria Estefan, un cinturón de corazones de Selena y unos altos zapatos de tacón de Celia Cruz, la reina de la salsa.

Publicado en El Espectador el 10 de julio de 2012.

viernes, 9 de agosto de 2013

De la utopía de Disney al mundo real

estuimagen.com
No nos digamos mentiras. De niñas más de una vez nos soñamos volando en la alfombra mágica mientras el  Aladdín, todo bronceadito, nos cantaba dulcemente al oído Un Mundo Ideal, o hechizadas dentro de un ataúd de cristal esperando a que nuestro príncipe azul llegara a despertarnos del encantamiento que nos había hecho la malvada bruja, tal como lo hizo el apuesto Fernando con blanca Nieves. Eso no pasa. Bueno. En este mundo hay tipos muy pinta, viles arpías, hay gente que está dos metros bajo tierra en un mausoleo de vidrio, pero lo que no es tan cierto es: primero, lo de alfombra voladora y, segundo, el Happily ever after que se inventó señor Walt Disney. Crecimos engañadas. Las historias tan perfectas no existen.

En realidad, hay que ser sensata, al principio en la relación pasa algo similar al cuento de hadas. Hay maripositas en el estómago y duendecitos alrededor tocando una melodía romántica que nunca se detiene. Esta es la fase del cortejo. Lo presentan a los amigos con un orgullo que ni uno mismo se cree, te llevan, te traen, te compran, te adulan, te dicen mil veces lo divina que te ves con el vestido nuevo que compraste para el matrimonio de tu mejor amiga. Todo es halagos, regalos, sonrisas, picadas de ojo, sexo non stop, fantasías, jueguitos, coqueteos, felicidad, felicidad, y más felicidad. El cielo es poca cosa al lado del mundo en el que uno vive.  

En este punto cabe resaltar que la duración de esta etapa varía. Puede durar meses o años. Todo depende de una cosa, la convivencia. En el momento en que uno, él o ambos deciden casarse o irse a vivir juntos ocurre el punto exacto de rotación, el giro de la trama, el centro de la inflexión, inicia el nudo de la historia, ese mismo que vendrá a definir el desenlace.

El periodo comienza con el inevitable hecho de la apropiación del espacio. Normalmente las mujeres nos adueñamos del 95% del clóset. Primera parte de la invasión, en la que la boca de ellos se va para un lado. Luego, queremos decorar la casa a nuestro antojo. Por lo general, uno se lleva "un par" de cositas de su casa (esto en el caso de cuando se vive sola) que, obvio, van a ser muchas más de las que él trae. Avanza la ocupación. Ya hay un: jummm, pero a mí no me gustan los muebles de flores, o, ¿por qué pusiste mi póster de Transpoting detrás de la puerta que siempre está abierta?

La conquista se ha completado cuando no hay evento de la vida de ellos del que uno no sea parte. Esto también equivale a entrar sin pena al baño en la casa de la mamá, a tener temas en común con sus amigos, o incluso a cuando uno tiene el valor de criticar a la prima que se la pasa de rumba, o al  hermano que le va mal en el colegio. En este momento ya te dicen: amor, pilas con los comentarios. Aquí los halagos han bajado de nivel y frecuencia. De hecho el liguero rojo ya no causa el mismo efecto ni se ve tan bien porque uno termina comiendo a la par que ellos.

No obstante, la expansión es total cuando uno decide que se repetirá María la del barrio en el mismo horario en el que transmitirán el campeonato de fútbol, o que en lugar de ver Rambo el domingo en la noche, se moqueará mirando por enésima vez la última escena de Notting Hill, en la de Julia Roberts está embarazada y acostada sobre las piernas de Hugh Grant. Este tipo de situaciones ya han logrado que las llamadas durante el día y los "te amo" sean menos continuos. La magia está echada.

No pinta tan bonito el panorama ¿cierto? El encantamiento ya se ha transformado en tolerancia y el amor en paciencia. Sin embargo, cuando te despiertas a mitad de la noche asustada por una pesadilla y él te abraza para que te pase el miedo, cuando te calientas los pies congelados con las piernas de él, cuando él es capaz de quedarse inmóvil dos horas para que puedas tomar la siesta acostada sobre su pecho, cuando te dice: te ves hermosa, aún cuando sabes que tienes cinco kilos encima por haber cambiado el sushi con té verde por pizza y vino, o la ensalada con agua saborizada por empanadas con cerveza; o cuando te ha aguantado la pataleta del síndrome premestrual. Ahí, es ahí cuando dices: vale la pena seguir, buscar lo dulce en lo amargo y no enojarse porque no me llama o no me repite cincuenta mil veces que me ama.

Las palabras bonitas se han transformado en otro tipo de hechos que nos demuestran que la historia de amor ha evolucionado, se ha hecho de carne y hueso, salió de la pantalla para humanizarse, para hacerse real. Eso se debería contar en las películas de Disney ahora, así nos ahorraríamos unos cuantos disgustos y desilusiones. Además entenderíamos que no debemos ser unas princesas odiosas y egocéntricas a las que se les deben hacer los caprichos realidad, sino mujeres humildes, calmadas y amorosas. Eso es más inteligente.





miércoles, 31 de julio de 2013

Cabezas fábricas de dinero no de sueños

Yuxtapoz Magazine/ Jonas
"Tiene cuatro trombos en los pulmones. No es posible operarlo para extirparlos, podemos controlarlos por medio de ejercicios y algunos cuidados pero no erradicarlos. Yo le recomiendo que disfrute la vida porque con este problema puede durar años o meses" le dijo hace unos días el médico a uno de mis tíos. Esta es una de esos diagnósticos que deja en shock a cualquiera. La familia está conmocionada.

Como vivo lejos, la noticia me llegó un par de días después del fatídico mensaje. Mi mamá fue la encargada de contarme. Quedé fría. ¿Cómo lo tomó él? Esperaba que me dijera que estaba sumido en la depresión. Pero no, cuando habló con él estaba de fiesta, feliz y dichoso. Le aseguró que desde ese día iba a divertirse, reír, amar y a saborear cada instante, bueno o malo.

Si bien el hecho de tener una enfermedad incurable ya es algo terrible, es aún peor tener que esperar que le digan se va a morir para empezar a aprovechar los momentos, la familia, los amigos, los viajes y hasta los objetos materiales que tanto cuesta conseguir. Como si la vida se tratara de una maratón en la que la señal es: tiene X días vivo, para comenzar a correr con gusto.

La gente vive para alcanzar metas: ingresar a las mejores universidades para ser un buen profesional; ser una persona íntegra digna del respeto; darle la vuelta al mundo coleccionando sellos en el pasaporte, tener una casa enorme con jardín, piscina y, si es posible, cancha de golf; un auto último modelo; comprar el último Iphone para poder publicar una foto frente su escritorio con vista de la ciudad, de una ciudad que ni siquiera disfrutan porque están sumidos 24/7 en la idea de alcanzar reconocimiento o una posición social.

El mundo está lleno de jóvenes empresarios exitosos que están con los ojos clavados en una computadora o un teléfono, afanosos de escalar posiciones y publicar en Facebook sus trofeos. Pocos se preocupan por aprovechar el camino para conseguirlo. Se olvidan de quiénes son, convirtiéndose en máquinas de producir dinero.

Es cierto que para vivir en este mundo es necesario trabajar, así como es satisfactorio tener una linda casa, hacer un viaje, que los amigos le feliciten por lo que uno alcanza. No se trata de abstraerse de la tierra e irse a vivir en una montaña (siendo esta una opción muy respetada), es hacer lo que más nos gusta sin preocuparnos por las presiones y saboreándolo al máximo. Es darse una pausa, contemplar el paisaje a nuestro alrededor y sentirnos afortunados por el espacio que tenemos, por el aire que respiramos; es conocer y reconocer nuestras flaquezas y errores, es saber que cuando algo sale mal es porque necesitamos aprender algo de ello, es escuchar otras opiniones sin discutir porque no son iguales a las nuestras, es reír con fuerza cuando se está alegre y llorar con ganas cuando llega la tristeza.

Cuando somos pequeños queremos ser grandes, luego, cuando llegamos a viejos, queremos regresar atrás. Poner nuestras ilusiones únicamente en el dinero y no disfrutar ni sacarle el tiempo a hacer lo que nos llena de placer es el motivo de tantas frustraciones y depresiones. La vid no es para malgastarla sino para sacarle todo el jugo. El tiempo se acaba, es mejor empezar ahora.

miércoles, 24 de julio de 2013

Se le fue la vida

Yuztapox Magazine.
"Se me tiró de la terraza, yo le dije que no se tirara, le dije, le dije". Gritaba desesperada una mujer en la acera de en frente mientras marcaba diferentes números de su celular con los dedos temblorosos. A su lado yacía inmóvil un cuerpo. Era de un muchacho. Las piernas las tenía sobre el asfalto y el torso estaba sobre la vereda, sus brazos estaban enredados en su cabeza. Recuerdo muy bien lo que él llevaba puesto, era una camiseta gris desgastada y una sudadera verde oliva, del mismo color de los uniformes de los colegios; sus pies estaban descalzos.

Me quedé contemplando la escena desde el otro costado de la calle , no entendía nada. Miles de carros pasaban por la calle, ninguno se detenía. De pronto, escuché una voz detrás mío, tenía un tono muy tranquilo, cómo digo tranquilo, en realidad no sé si estaba calmado o si el tiempo se había detenido y todo pasaba lenta y parsimoniosamente), "Ya viene el Same (Sistema de Atención Médica de Emergencias)". Me di vuelta y pude comprobar que se trataba del vigilante de un parqueadero que se estaba acercando hacia donde yo estaba. La señora seguía repitiendo "Le dije que no se tirara, se lo dije".

Sentí un impulso que me obligó a pasar la calle. Casi sin mirar si se acercaba otro auto me apresuré a cruzar. Me paré frente a ella, le puse una mano en el hombro y mirándola a los ojos le dije "tranquila, tranquila que todavía respira". No tengo idea por qué insinué tremenda barrabasada si ni siquiera terminaba de caer en cuenta de lo que estaba ocurriendo. Sus ojos se dirigieron a los míos, estaban desorbitados y llenos de lágrimas, los labios le temblaban y sus fosas nasales se abrían y cerraban de modo abrupto cuando inhalaba y exhalaba. "¿Si? que alguien llama al Same, llamen al Same", cambió su repertorio de gritos, mientras seguía marcando números sin éxito en su teléfono de la tembladera que tenía.

En ese momento, salió un vecino del edificio. ¿Por qué gritan tanto? Al ver el cadáver al viejo casi se le salieron los ojos de los párpados, le brotaron como canicas. De inmediato empezó a marcar el número de emergencias en su celular. Pero ¿qué fue lo que pasó?¿por qué salto?-le preguntaba a la señora- No sé, estaba peleando con la novia. Yo le dije que no saltara, le dije, le dije.

Fue inevitable poner los ojos en la cara del muerto. Todavía sin entender bien lo que pasaba le analicé todo el rostro.  Era moreno, de cejas poco pobladas, nariz aguileña, labios delgados, su pelo era fino y tenía rulos cortos. Sus ojos quedaron cerrados por el golpe y de la boca de salía un hilo de sangre espesa que fue invadiendo la vereda. Sus rasgos me transmitieron la sensación de que era un persona bastante problemática, rebelde y caprichosa, de esas que tratan de conseguir todo lo que ansía por medio de la manipulación y pueden desquiciar a cualquiera con sus exigencias. Tal vez me equivoque, pero eso sentí al verlo.

Me invadieron unas ganas incontrolables de vomitar. Abandoné la escena. Corrí, corrí, corrí como nunca  tapándome la boca con la mano y las lágrimas deslizándose por mis ojos. En el camino al parque, donde todas las mañanas voy correr, me topé con un carro de la policía al que le hice señas para que se aproximara al lugar. Creo que ya me había percatado de todo. Lo que vi caer del edificio antes de pasar la calle era una persona, era él. Y si no me hubiera cambiado de acera unos metros antes, seguro este muchacho me hubiera caído encima. Pensé: Qué frágil es la vida.




viernes, 12 de julio de 2013

Nuquí, entre la selva y el océano

La tranquilidad de las playas de arena oscura y la variedad de planes son los atractivos de este paraíso natural.

Antes de tomar la avioneta que nos llevaría a Nuquí ya estaba emocionada por conocer Chocó. Varias personas que habían visitado el departamento me dieron muy buenas referencias y justo antes de abordar la aeronave escuché una opinión que corroboraría lo impactante del lugar al que estaba a punto de llegar. Fue una extranjera quien dijo aquellas palabras que retengo en mi memoria: “¿Preparados para conocer el paraíso?”.
Cincuenta minutos después comprobé que lo dicho por mi compañera de viaje era cierto. Las olas de color esmeralda rompiendo contra la playa de arena oscura y la selva de fondo son los paisajes más espectaculares que he visto. Cuando bajamos del avión y embarcamos en la lancha me di cuenta de que visitar esta zona del país es un plan muy diferente al de ir a alguna ciudad del Caribe con su amplia oferta de resorts. En Chocó lo que hay son pequeños hoteles que invitan a relajarse, disfrutar de la naturaleza y alejarse del ruido.
De hecho, para muchos turistas la tranquilidad es el mayor encanto de este lugar, pues en sus playas no hay vendedores ambulantes y en los hoteles y posadas se recomienda oír música con audífonos. Para viajar a Nuquí es necesario acudir a una agencia de viajes que maneje planes ecoturísticos o diseñar el plan con el hotel. No es recomendable llegar sin tener concertado el hospedaje ni el transporte, pues la mayoría de alojamientos quedan alejados del casco urbano.
Las caminatas ecológicas para observar aves, ballenas yubartas o delfines, surfear, montar en kayak o bucear son algunos de los planes más solicitados, aunque hay otra alternativa igual de fascinante: hacer un recorrido en canoa por el río que comienza en el municipio de Joví y termina en una cascada de agua dulce.
Otro programa para la tarde es almorzar en una de las hospederías de la zona de Termales, un pequeño corregimiento ubicado a la orilla del océano, y luego bañarse en las aguas tibias y azules en medio de la selva. Después se puede recorrer la playa y pasar por varias desembocaduras de ríos. Para terminar con un coctel de carambolo y la espectacular vista desde el mirador de la hostería Piedra Piedra, donde hay una piscina de agua natural que se pierde en el mar.
publicado en El Espectador el 13 de septiembre de 2011.

lunes, 8 de julio de 2013

Bergoglio vs.El Dios Cósmico

"Panteístas", "Autistas Espirituales" y "Politeístas" , así nos llamó ( me incluyo porque me sentí tremendamente aludida) Jorge Mario Bergoglio según una noticia publicada el domingo 7 de julio en Infobae, diario que consultó a Roberto Bosca, autor de New Age, la utopía religiosa de fin de siglo, para que diera su mirada acerca de esta corriente de la "Cultura Light", como la denominó el Sumo Pontífice.

Durante la lectura del artículo me iba embargando un cólera incontenible ¿por qué? porque nunca me ha parecido justo que la Iglesia emprenda cruzadas de desprestigio contra las demás creencias. Su estrategia es aprovecharse de su poder e influencias para desacreditar todo aquello que le brinde a la gente una salida a sus problemas y que no esté bajo su imperio. Así lo han hecho con las corrientes protestantes y otras tendencias separatistas, con los credos de los aborígenes y con los que se les han cruzado en el camino. Esta vez les llegó el turno a las religiones de oriente.

Nunca he entendido por qué esta institución es tan ambigua y doblemoralista. Es como si tuviera dos caras. Con una pregona el amor al prójimo, la humildad, la mansedumbre, la mortificación, el respeto, el amor incondicional y con la otra son capaces de emprender las más despiadadas e infames campañas para aplastar la honra de todo aquello que pueda "afectar" sus intereses.

Me atrevo a decir que este mismo comportamiento impío ha sido el que logró que tantos católicos abandonen las bancas los domingos y busquen solución a sus tribulaciones en otras doctrinas. Es el mismo que apabulló a tantos jóvenes de mi generación y terminó por generalizar el ateismo, la incredulidad y el egocentrismo, que, como dijo Bergoglio desembocó (en algunos casos, odio generalizar) en una tendencia espiritual individualista: El mal llamado New Age, el cual venía gestándose hace unas décadas (aproximadamente desde los 70).

La Iglesia nunca entendió que señalando, persiguiendo, castigando y tratando de extirpar de raíz la naturaleza humana no iba a conseguir nada. La letra no entra con sangre. Nadie quiere un Dios que lo juzgue.  La asechanza de la "brujería"  que estableció el Papa Lucio III en el año 1184 con la Inquisión sigue viva hoy en una versión moderna en la que se condenan a los gays  y a los que creemos que es posible tener una relación privada, personal y única con Dios, sin necesidad de intermediarios.

Ya es suficiente con vivir en un mundo en el que debemos tener la etiqueta de una ideología política, de un estado civil,  de una nacionalidad.  Es suficiente que de bebés nos caiga un chorro de agua que nos marque como católicos cuando ni siquiera podemos razonar.  Ahora bien, no es justo que algo tan personal, como lo es la espiritualidad tenga un rótulo en el que debemos encajar.

Fui bautizada como católica, creo en Dios, en Jesús, los cientos de vírgenes, incluso en los santos. Pero también me parecen muy coherentes y sorprendentes las enseñanzas de Buda, considero que las asanas del yoga te ayudan a lograr una experiencia mística, respeto los ritos indígenas y ¿por qué no? cabe la posibilidad de que la trinidad puede ser hindú o católica. Al fin y al cabo no hay una única verdad revelada, no sabemos a ciencia cierta si Dios es blanco o negro, o si es hombre o mujer. Lo importante acá no es quién tenga la razón sino ser mejores personas, encontrar la tan anhelada felicidad y vivir tranquilos.

Esta es la nota a raíz de la cual escribí estas palabras: http://www.infobae.com/notas/718783-Que-es-la-New-Age-y-por-que-es-condenada-por-el-papa-Francisco.html


viernes, 5 de julio de 2013

De paseo en carro de Golf por la Isla de Morgan

Playa ubicada en el centro de San Andrés.

Una de las cosas más curiosas de San Andrés es la cantidad de carritos de golf que se encuentran transitando por las calles. Casi en cada esquina del centro de la ciudad es posible encontrar un lugar para rentar uno. Los más pequeños y sencillos cuestan entre $20.000 y $30,000 por hora y, según el modelo, entre $60.000 y $100.000 el día.
La razón de que hayan tantos es netamente turística, aunque no se puede negar que los isleños también los usan por ser un medio de transporte muy económico. Y es que en realidad estos carritos son una excelente opción para llevar a cabo uno de los mejores planes en la isla: recorrerla de punta a punta.
Los 12 kilómetros de largo y los tres de ancho permiten conocerla en menos de dos horas. Sin embargo, lo ideal es tomarse, al menos, medio día. Sólo de este modo se pueden saborear por completo sus paisajes y adentrarse un poco en la cultura isleña.
No importa si el paseo lo inicia con las manecillas del reloj o en el sentido contrario, igual se encontrará con los mismos lugares y llegará al punto donde arrancó. Si empieza conforme van las horas, después de salir del centro pasará por el Muelle y Bahía Baja. En este lado, durante la mayoría del recorrido el mar estará escondido entre la vegetación verde que abunda en la isla; sólo en algunos puntos se asomará para tentarlo en medio del calor con sus aguas frescas y azules.
En una de las muchas desviaciones, que van al ombligo de San Andrés, está el barrio de La Loma, un vecindario de construcciones tradicionales de madera, que es habitado por nativos. De allí se destaca la primera iglesia bautista, llamada Emmanuel.
Después de unos cuantos kilómetros se llega a Rocky Cay, donde se ubican varios clubes náuticos. Estos son sitios ideales para hacer una primera parada y alquilar una moto de agua o un kayak que lo llevará hasta el Acuario. La excursión acuática no le tomará más de 40 minutos cada trayecto. Al llegar, podrá nadar y alimentar a cientos de peces de colores e inofensivas rayas que se acercan afanadas para recibir la comida.
Al retomar la ruta, probablemente ya sea mediodía. Por tanto, la siguiente estación en el camino es San Luis, una de las playas más hermosas y famosas de San Andrés, por su arena blanca y fina. Aquí también están varios de los mejores restaurantes de la isla, en los cuales se degusta una exquisita variedad de mariscos, pescado y la más espectacular y jugosa langosta. Al terminar el almuerzo, el mejor programa es acostarse en la orilla a tomar la siesta.
San Luis termina en la punta sur de San Andrés, justo en esta posición se encuentran los tradicionales parajes en los que todo viajero debe detenerse. El hoyo soplador, que cada día emite menos agua y viento debido a que la marea ya no sube tanto como hace algunos años; la cueva del Pirata Morgan, el forajido y coleccionista de tesoros inglés más temido del Caribe, y la piscinita, una pileta natural, de paredes de coral, que está suspendida entre las rocas y mira hacia el mar. Terminar el paseo en este lado de la isla significa ver de uno de los atardeceres más conmovedores y coloridos del mundo.

Publicada el 23 de octubre de 2012 en El Espectador

jueves, 4 de julio de 2013

Tirar la primera piedra

¡ERES UN HIJUEPUTA! Después de esta frase uno suele sentirse el ser más mísero de este planeta. El odio comienza a correr por la venas, el objetivo es uno: acabar con la persona que lo dijo.De inmediato empiezan a gestarse en la mente mil formas de hacer daño. En ese momento se puede incluso escribir un manual de tortura en el que se detalla con minuciosidad las técnicas para destrozara esa persona. Arrancarle una a una las uñas, partirle los dedos, ponerle una bomba a su casa, matar a sus seres amados, armarse un video con las imágenes más crueles de su vida. Las más macabras ideas fluyen fácilmente.

Son pocas, o mejor, nulas las veces que uno se detiene a pensar qué hay detrás de esas palabras, son mínimas las posiblidades de detenerse, respirar, mirar al horizonte, dejar que el humo se disipe hasta que la mente se aclare para hacer una revisión minuciosa de lo ocurrido. Por el contrario, es más fácil situarse en el papel de víctima y desearle al otro que le caiga un rayo y lo parta en mil pedazos.

Es cierto que para una pelea se necesitan dos (por lo menos), también es verdad que en una discusión influyen factores externos, así como se requiere una alta dosis de intolerancia, impaciencia y un ego enorme. A veces es difícil darse cuenta pero, por lo general, uno mismo es quien crea toda la disputa, pues se enfrenta a puntos de vista diferentes que van generando malestar, el cual, al no encontrar un respiro, una palabra amable que pertenezca a nuestro imaginario, se empieza a transformar en insatisfacción, luego viene la rabia, que da paso a la  ira incontrolable y termina convirtiéndose en una bomba atómica, en una verborrea odiosa.

Aunque la furia enceguezca y cause un sin sabor (o peor, un gusto amargo intragable), uno sabe cuál va a ser la gota que derrame el vaso, esa la palabra que va a terminar de hundir el clavo, la encargada de dejar una cicatriz imborrable en el corazón del otro. Y es precisamente ese momento cuando hay que parar, detenerse por completo y pensarlo una, dos, tres (las veces que sea necesario), para no tirar la primera piedra, esa que noquea de odio y deja paso al granizo de cólera.

Darle una vuelta a la silla, ir a tomar un té (porque la cafeína puede afectar más la mente), salir a hablar con alguien,  lo que sea, la cuestión es soltar el gatillo, cambiar de panorama y tomar aire para poder bajar los decibeles, para evitar ser presa de la ira. No importa si se tiene la razón o no, lo más razonable es no dejarse seducir por el demonio del ego, que siempre va a buscar la satisfacción propia. Eso lo agradecerá el cuerpo y el alma al siguiente día. Cuando haya pasado la tormenta.





lunes, 24 de junio de 2013

Sonidos que curan y purifican el alma


Recién llegué a vivir a la Argentina, o sea hace más 8 meses, tenía toda la intención de continuar con un proceso de crecimiento espiritual que comenzó en Colombia luego de haber tomado reiteradas veces el yagé o ayahuasca. El problema era que aquí no tenía un taita o guía que me dirigiera, que me indicara el camino a seguir, tuve que hacer todo por mi cuenta.

En un primer momento meditaba. Me sentaba en la cama, ponía incienso, una vela y algunos mantras que había encontrado en Youtube. Al principio, a la mitad del mantra empezaba a llorar, era como si hubieran abierto una llave y las lágrimas salieran solas. Sin embargo, al terminar la canción me sentía libre, bien, feliz. era como si me estuviera purificando.

Luego entré a clases de yoga, de hatha yoga o yoga inboud, que es la que más se practica en Buenos Aires. Los mantras que nos enseñan en clase, las posiciones o asanas y las personas que encontré allí (mi profesor, los swami, los gurús e incluso mis compañeros) han sido grandes mentores. Pero esta es sólo una parte de este proceso espiritual. La fase que llamo de la protección en la que invoco a la gran energía divina para que me acompañe en el viaje. Pero faltaba algo más, algo que me disparara fuera de este mundo.

Continué explorando por internet y un día me encontré con los solfeggios, unas frecuecias musicales de las que se dicen muchas cosas: que son los sonidos del universo, que con ellas se afinaban los instrumentos en la antigüedad, que están especificadas en la Biblia en el libro de Números capítulo 7 versículo 12 - 89, que los cantos gregorianos las usaban, que los nazis las aprovecharon para hacer propaganda del régimen, que limpian y reactivan los chakras, en fin. Aquí más info para los que estén interesados http://www.sonidomedicinal.com/2012/04/frecuencias-solfeggio.html

 Lo cierto es que para mí la cosa ha funcionado. Me pongo los audífonos y después de unos minutos es como si entrara en un trance en el que me siento adormecida por la música, después empiezo a soñar, digo soñar porque en realidad no puedo especificar lo que es este estado, veo todo muy claro, vívido, cierto. la cosa es como si un alguien superior me mostrara la verdad sobre el universo, sobre la vida, sobre Dios, sobre esta tierra. Es verdaderamente increíble y lo recomiendo para todo el que quiera iniciar un cambio radical en su vida. Prometo que más adelante leerán sobre mis historias "astrales".

Las frecuencias y los chakras en los que inciden:



1. Muladhara o primer Chakra: Es la raíz que nos conecta con la tierra. Controla también los miedos y las inseguridades. Su frecuencia es la 396 Hz. 

http://www.youtube.com/watch?v=UdjoLk-by5k

2. Suadhisthana o segundo chakra: Relacionado con la creatividad, la sexualidad, los vicios y las adicciones. Su frecuencia es la 417 Hz.

http://www.youtube.com/watch?v=UWFq57BnocE

3. Manipura o tercer chakra: Es el que almacena las grandes emociones, en el permanecen nuestra fuerza de voluntad. Si está desequilibrado surge el odio y la ira. Se suele trabajar con el del corazón, es decir, con la frecuencia 528hz. 

http://www.youtube.com/watch?v=CNYUqel2HhI

4. Anajata o cuarto chakra: El del corazón. Relacionado con la compasión, el amor, el equilibrio y el bienestar. Su desequilibrio trae desestabilidad emotiva. Su fecuencia es la 639 Hz.

http://www.youtube.com/watch?v=RFkympfd2lY

5. Vishuddha o quinto chakra: Es el que está en la garganta. Maneja la comunicación con el mundo exterior, que si no se realiza de la manera adecuada se puede llegar a ahogarse con las emociones.  Su frecuencia es la 741 Hz . 

http://www.youtube.com/watch?v=cYq2ALZMfKg

6. Agñá o chakra del tercer ojo: Nos da la posibilidad de conectarnos con lo sobrenatural, lo espiritual. Además nos proporciona el sentido de la percepción. Su frecuencia es la 852 Hz.

http://www.youtube.com/watch?v=vRGqlfeJEOU



miércoles, 5 de junio de 2013

Guardianes del fin del mundo

Esta fue una nota que escribí para el periódico El Espectador de Colombia tras haber regresado de un crucero por la Patagonia entre el 26 de Septiembre y el 4 de Octubre de 2012. Fueron ocho días navegando y explorando el canal de Beagle, desembarcamos cada mañana, en cada desembarque experimenté una historia diferente, cada una me maravilló, puedo decir que me cambió la perspectiva. La energía de este lugar es increíble, es pura y magnánima. Les dejo el link del artículo que fue publicado el 12 de noviembre de 2012 (siento no copiarles la nota entera, pero me da error cuando lo hago)
 http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/articulo-386628-guardianes-del-fin-delmundo

La familia Cádiz: Iván, Daniela, Paula e Iván, el hijo menor. Otras 30 familias chilenas viven en distintas islas de esta región de la Patagonia chilena

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Poema de Sara Vial a los marineros desaparecidos.

Vista del monumento del Albatroz desde lejos.

Panorámica que se puede apreciar desde la cocina de la familia Cadiz.
Casa de la familia Cadiz.

Iván Cadiz en su casa de Cabo de Hornos.

Tierra de pingüinos

Era el último desembarco que haríamos en el crucero que recorría el estrecho de Magallanes. Para muchos, el más esperado. Eso se podía comprobar porque todos estaban en popa listos para tomar lo botes más temprano de lo normal. Algunos nos preocupamos porque desde el barco sólo se podía apreciar una planicie llena de hoyos; sus menudos habitantes no se distinguían. Mientras las lanchas de hule se iban acercando, en el horizonte se comenzaban a formar las figuras de las aves blancas y negras, que más bien parecían enanos en esmoquin.
La emoción era incontenible. Más para nosotros, habitantes del trópico, para quienes el significado de exótico difiere con lo selvático y se asemeja más a estas aún misteriosas y remotas tierras patagónicas. Una vez en tierra parecíamos niños. No podíamos dejar de perseguir a los animales con nuestras cámaras para captar cada uno de sus movimientos.
Todo lo que hacían era realmente encantador, además de ingenioso. Lo mejor es que entre nosotros y ellos no había barrera alguna, podíamos casi entrar en sus cuevitas. Sin embargo, nuestra actitud sofocante logró que algunos nos acorralaran y picotearan más de una vez. Estaban aturdidos por nuestra ansiosa presencia y los flashes de las cámaras fotográficas.
Isla Magdalena, Patagonia Chilena. Crédito:123rf
Su aspecto es el del tradicional pingüino que muestran en la televisión y los cómics. Son de tamaño mediano, miden entre 35 y 45 centímetros de altura, y llegan a pesar hasta tres kilogramos. Su cabeza y la mayoría del cuerpo son negros, disponen de una franja blanca alrededor del ojo que alcanza a rodear sus oídos y barbilla, para juntarse luego en la garganta y descender de manera inconstante por el pecho y el vientre, cualidad que diferencia a esta especie del pingüino de Humboldt, que habita en las costas del Pacífico de Chile y Perú.
En esta época, la raza magallánica llega desde el norte, más específicamente de las templadas aguas de Uruguay y Brasil, países en los que se refugia del invierno. Son más de 60.000 parejas en la isla Magdalena, anidando en las mismas cuevas que habían construido años atrás. Allí pasan pacíficamente el verano junto a otras especies, como los cormoranes, las gaviotas, los lobos marinos y el delfín austral.
En la isla Magdalena no hay más para ver que los animales. Desde el muelle que recibe a los turistas se puede divisar a las aves que están sumidas en sus quehaceres diarios: bañarse, conseguir el alimento (que generalmente son algas), dar de comer a los polluelos y mantener el nido limpio.
Ese es el panorama que se observa durante los dos kilómetros de caminata hasta el faro, donde se encuentra la sede de la Corporación Nacional Forestal, Conaf, entidad encargada de preservar, supervisar y administrar esta isla, declarada monumento natural nacional en 1982. En esta única construcción es posible resguardarse del frío, acrecentado por los vientos que seguramente sobrepasan los 40 kilómetros por hora.

Quise publicar esta foto, tomada por mí, porque me encantaron los dos pingüinos que se besan.
Mientras se recupera el calor es posible disfrutar del Centro de Interpretación Ambiental, en el que se presentan, por medio de paneles, la historia y los emblemáticos personajes que navegaron el estrecho de Magallanes, así como la colonización de la región y su fauna, que desde 1992 aumentó en 60%.
Para vivir esta experiencia en la isla Magdalena es necesario dirigirse a la terminal de Tres Puentes, en Punta Arenas, desde donde zarpan ferris los días martes, jueves y sábados, muy temprano en la mañana y hasta medio día o desde las 4 de la tarde hasta que cae la noche.

Publicado en El Espectador el 6 de noviembre de 2012.

jueves, 30 de mayo de 2013

Entrega total




Mis amigos, mis verdaderos amigos los puedo enumerar con los dedos de mis manos. Sin embargo, ella, Trina, siempre será la primera que nombre. Más que mi mamá ha sido una amiga, una fiel compañera de alegrías y amarguras, una mujer siempre dispuesta a postergar cualquier actividad con tal de brindarme una palabra de aliento, una persona capaz de despojarse de prejuicios y de cualquier creencia para poder comprenderme, una madre que entiende muy bien el significado de amar. Gracias por enseñarme, por cuidarme, por tenerme tanta paciencia, por estar cuando te necesito, gracias por ser todo.

El tiempo pasa y...





No es que nos robe la juventud, lo que hace es dejar marca en nuestro cuerpo de lo que vivimos. Cada arruga, cada mancha, cada peca, cada achaque da cuenta de lo que aprendimos. En realidad, lo que hace el tiempo es despojarnos del ego, de la vanidad, de la ira, el miedo, la angustia y la intranquilidad, nos hace seres más simples. Ahí está ella, mi abuela, Graciela, mi querida Pachi, a los 20 (espero haber acertado con la edad de la foto) y hace un año, a los 84. Sin duda, cuando era joven irradiaba una belleza fresca, lozana. Sin embargo, para mí es más hermosa ahora. Su mirada profunda y su piel de papel inspiran sabiduría, fortaleza y conciencia plena de lo que verdaderamente es importante en la vida. Esta imagen me revela que uno no debería desgastar los momentos anclado en la rabia, no debería perderse en los laberintos que pinta la inseguridad, ni debería aferrarse al miedo cuando está oscuro. Hay que tener el coraje del guerrero, como ella lo tuvo, para cantar victoria en la batalla de la vida.

Rechazo

Alexa Gibbens. juztapox.com

El clítoris le iba a estallar. Lo sentía hinchado. Tenía puesta una tanga gris, era de licra con motivos de tigresa, le gustan esos motivos porque la hacen sentir una mujer fatal,  no sabe si lo es en realidad, pero se lo cree. Ese material sintético hacía que el roce fuera más fuerte, le acariciaba suavemente los labios de la vagina.

Intentaba no moverse mucho para que él no se diera cuenta de lo excitada que estaba, era casi imposible lograr que las piernas no le temblaran, qué arrechera tenía. Su cabeza estaba apoyada en su muslo izquierdo, le daba la espalda. De manera sutil, comenzó a acariciarle el pelo, rodeó su oreja izquierda con sus dedos y los deslizó por su cuello, cuando llegó a su espalda, ya sentía la ropa interior mojada y un flujo blancuzco se derramaba de su vagina. Se movió suavemente hacia el costado izquierdo y empezó a besarle la piel sólo con los labios, quería sentir lo tersa que estaba. Su espalda estaba descubierta, sólo tenía puestos los calzoncillos, los mismos que tenía  desde hace tres días, expelían olor, el indescriptible olor de su pene, algo sin igual, glorioso para su olfato. Desesperada recorrió toda su espalda con su boca, por momentos se detenía para probar su aroma, qué deleite, pensaba.

No resistió más, le dijo, tengo ganas de cojer. Esas palabras fueron como un reactor nuclear, Noooo, ¿no te cansas? contigo tengo que dar el doble. Se dio media vuelta  y se puso sobre su costado izquierdo, esa era la posición en la que ella creía que la soñaba cuando no estaba a su lado, cuando ante los demás son sólo dos extraños que hablan sin parar para sentirse cerca el uno del otro, cuando él todavía no sabía nada. Quedó devastada, ansiosa, con los pezones duros y el clítoris que se le reventaba. No emitió una sola palabra.

Empezó a volar, se refugió en su lado oscuro donde reina la incertidumbre, el rechazo, la duda, la desconfianza. Ahí fue cuando ella apareció, seductora, segura, mordaz. No quiere metértelo porque estuvo con su noviecita esta tarde, se volteó porque piensa en su cuca,  le calienta más, cree que es mejor que la tuya. Cállate, puta, ¿resucitaste? Pensé que te había matado. ¿Por qué no me crees? , le replica, míralo, se da vuelta para pensar en ella, no lo convences del todo, acéptalo. Pero ¿cómo no le va a gustar mi forma de mamárselo? Es imposible, me dijo que era única y que a ella la va a dejar en su debido momento, por esas palabras estoy aquí, por esas palabras me estoy tragando todo lo que siempre negué, lo que nunca quise soportar ¿por qué me hace esto?. ¡Reclámale! le dice, o mejor, expresa todo lo que piensas, lo que estamos pensando, él no la va a dejar, es un hecho.

Se arrancó el traje de mancita. Con la voz entrecortada y una ira incontrolable empezó a balbucear cualquier cantidad de sandeces. ¡Es el colmo que no me quieras cojer! Me aguanto todo menos esto, eres un imbécil incapaz de satisfacerme, me siento frustrada, me da asco tu cobardía,  me voy a ir, esto así no va. Ella, mientras tanto, la animaba como porrista Yankee en pleno final del Super Bowl, continúa, continúa, todavía aguanta. ¡Te odio! No sé por qué pensé que eras diferente. De repente él soltó el bombazo, te mereces la mierda que eres. Así, conciso, radical. Sus palabras le cayeron como una piedra en el estómago,  era una roca pesada, filosa, seca. Intentó tragar saliva, uugghhh. Calló.


Entre sus sueños la escuchaba. ¿No vas a seguir? ¿Vas a dejar que te venza? ¿Así eres de débil? Ja! con razón ya no te quiere coger ni él ni nadie, ni coraje tienes. Por eso prefiere a cualquier minita que le caliente el oído, que le chupe los huevos con la lengüita caliente, te falta peso en las bolas, nena. Despertó, todo estaba oscuro. Empezó a masajearse los labios mayores, luego llevó los dedos a su lengua para mojarlos con saliva, volvió a tocarse. Esta vez su pene se paró, se lo apoyó en el culo. Él abrió los ojos,  se dio vuelta, la miró, se levantó y al salir de la habitación dijo: Eres un monstruo lamentable.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Ideas rumiantes


Graphik (H). Yuxtapoz.com
Hoy es de esos días en que Ana se siente loca, más loca que nunca. Sus ojos desorbitados la delatan. Es como si tuviera algo dentro que le susurra sin parar, no le creas, tiene otra vida por detrás, hay muchas cosas que no te cuenta. La voz la vuelve loca, no la deja parar de pensar, hace que le den ganas de llorar, de salir corriendo, de dejar todo y mandar su vida a la mierda.

Sus lágrimas se deslizan por sus mejillas, siente que le queman el rostro. Sus ojos poco a poco se van inflamando, le salen grietas rojas en la esclera. Una película de agua con sal los cubre hasta la pupila. Ella los aprieta para que se derramen más lágrimas y para que éstas le cercenen la piel más delicada, la que queda donde terminan las ojeras de no haber dormido bien la noche anterior, la noche de su cumpleaños, la noche en que quiso ser perfecta y le salió natural. Fue fácil lograrlo porque la que actuaba era su otra yo, la que confía, la que quiere que todo salga bien, la misma tonta a la que nunca escucha y calla de una bofetada cada vez que le dice ¿Por qué no confiar? Te ama de verdad, no le hagas caso, él no lo merece, ya recibió suficiente mierda y tú también.  Cállate puta, le dice enfurecida, mientras le parte esos perfectos labios rosa.

Esta pendeja no se calla, continúa el murmullo, Hey, no te hagas la tonta no sabes a dónde vas, no me ignores, mejor vamos a fumar, no, no se me ocurre una buena idea, escríbele que piensas que no abre su muro porque seguro no quería que vieras los mensajes de ella. Ana le pregunta al murmullo, pero ¿quién es ella? Responde la malparida, ella es cualquiera. Puede ser la boricua, la solterona del edificio que lo invitó a tomarse un cafecito en el restaurante nuevo que abrieron a la vuelta de la esquina y con la que seguramente se echó sus canitas al aire mientras tu no estabas, Marta, Cielo, Gabriela, cualquiera, cualquiera. ¿No te das cuenta? Él no es confiable. Mírale nada más el muro, te escribe a ti donde ella no lo puede ver, así te mantiene tranquila.

¿Viste? Hasta aquí te llego, ya no sabes cómo distraerte, ¿para qué perdiste el tiempo? Mejor sigue buscando más detalles de su juego, no dejemos ganar a la tarada . Oye, pst, pst ¿te diste cuenta que te conectaste y ni siquiera te habló? Seguro está hablando con una de ellas, o con varias, imagínate nada más, una le dice que lo ama, que ya quiere verlo; la otra, la más atrevida, le describe cómo le va a chupar la pija la próxima vez que se vean en el motelucho que queda pasando el puente de la calle Uruguay, por ese que pasas y dices mmmhhh seguro que aquí vino con alguien, por algo me dijo que viniéramos cuando todavía estaba en Costa Rica, cuando lo deseaba como una pendeja ¡qué estúpida eres, Ana, qué estúpida!. Se burla.

Ana se desespera, agarra un cuchillo y aprieta la parte afilada contra la palma de su mano. La sangre brota. El dolor físico compensa su dolor sentimental.  No tiene hambre, ni ganas de hacer nada, sólo quiere llorar pero tampoco sabe porqué está llorando. Las lágrimas no cesan de brotar de sus ojos, no las puede detener. Son las dos de la tarde y ni siquiera se ha quitado la pijama, no quiere hacerlo, se siente caliente, el calor la aquieta, le da sensación de protección. En el fondo no quiere que la vuelvan a herir, no quiere volver a sentir su corazón roto porque es verdad, cuando te traicionan se abre una grieta, duele, a veces es tan fuerte el dolor que se torna insoportable, tanto quisieras poder arrancar con tus manos el sentimiento del corazón y tirarlo a la mierda, sin embargo, hacer eso es imposible, esa sensación la carcome y la penetra hasta lo más profundo de tus huesos. Se queda sin fuerzas y sin motivos para continuar, para volver a sonreír. No quiero eso otra vez, no quiero.