lunes, 9 de septiembre de 2013

Sin rumbo

Rai Escalere/ Yuxtapoz Magazine
Abrió los ojos, largó fuerte el aire y pensó: Prueba superada. No enloquecí, la semana fue una mierda, pero lo logré. En su rostro se esbozó una sonrisa. Los sueños empezaron a fluir. Era primavera. El sol irradiaba sobre un jardín colmado de flores y plantas exóticas. Sobre el pasto reluciente estaba un grupo de gente elongándose para encontrar paz, ella los guiaba. Sus fantasías también le mostraban pequeñas manitas, risas, lugares desconocidos, besos, caricias, letras, ternura, felicidad. Se emocionó por ese futuro incierto. Volvió a reír.

Se abrió la puerta de la habitación. Estiró sus brazos, así suele llamarlo. Ella esperaba impaciente ver su luz, pero en lugar de ello entró una corriente helada y una cara transformada, pálida. Ya vuelvo, tengo algo que decir. Ella pensó que bromeaba. Él, desconcertado y nervioso, se acostó en la cama. Esto no va a ser fácil. Dijo sólo nueve palabras. Ella se sintió mareada, perturbada. Tragó saliva. Haz lo que tengas que hacer.

Se levantó, entró al baño y lavó su cara. ¡Qué reto! ¿ah? siempre tiene que volver a tanterar si lo cimientos son realmente fuertes. No importa, no es nadie, pero sabe cómo manipularlo, cómo hacerlo dudar. Vino el egoísmo. Mi duelo, mi desastre de días quedó en el olvido por un pasado que no tuvo mañana, por quien ya no existe.

Sabía lo que tenía que hacer y decir. Si no lo comprendía, todo se le iba a venir en contra. De pronto, la vio aparecer (como suelen emerger todos los meses). Estaba sobre su hombro izquierdo. Se veía inofensiva, razonable. Es necesario que le dejes en claro que tu eres más importante, que ya no pertenece a ese ayer. Mmhh, suena sensato. Pensó ella. Su conciencia le pedía a gritos que no la escuchara. Recuerda los problemas en los que nos ha metido, por favor, no la oigas.

Es injusto que toda tu preocupación se vea rebajada a la inexistencia. ¿Qué tiene que hablar con ellos? esto quiere decir que todavía son más importantes que tu y los tuyos. Reía. No, es verdad, no es que sean significativos; hay intento de control, es cierto, pero debemos ser más inteligentes. No caigamos en lo mismo. Vamos, se puede.No seas estúpida, no se puede confiar en nadie.

Al salir del baño ya la tenía dominada. Estaba perdida en un laberinto sin salida. Lo miró a los ojos. Lo mío quedó atrás, eh? No puedo creer que todavía se asome y cause este efecto. Tengo mi historia, bueno?. Yo cerré la mía. Tengo mi historia, bueno?. Yo valgo un carajo.

Se odiaron, se laceraron el pellejo, se rasgaron las almas, la ira servía de cuchilla, una fuerza inhumana los poseyó. Volaron las palabras, la ira, el descontrol, la sinrazón. Todo estalló.  Él logró escapar arrastrándose. Ella quedó hecha pedazos. Se levantó. No pude conmigo. Intentó pedir ayuda, pero ya estaba cegada, sorda.

Lo buscó por cielo y tierra. Los perdóname iban y venían.  Las heridas todavía estaban abiertas, sangrantes. Él se negaba. Era un ser impenetrable. Ella sabía que él tenía razón. Oprimida por su angustia buscó el refugio equivocado. Se ahogó. No pudo controlarlo. Plasmó su dolor en los muros. Cayó rendida. Durmió.

Por momentos veía luces, mucha gente, escuchaba sirenas. ¿qué pasa? ¿me preguntó acaso qué hice o por qué lo hice? ¿qué tomé? ¿por qué tomé? Era Vodka, vodka. Yo sólo quería sofocar mi frustración, mi incapacidad de hacer las cosas bien, de no ser perfecta, buena para él, para ellos, para nadie ¿Y yo por qué tengo que ser como todos quieren? Debería ser yo y ya. Al que le gustó bien y al que no que se joda.

Un pinchazo en el brazo la despertó. Alzó la cabeza y la dejó caer. Pasó la lengua carrasposa por sus labios, estaban secos. Podía sentir los cueritos levantados. Empezó a mirar alrededor. Se sintió observada, señalada, los ojos que alguna vez fueron su luz la habían traicionado. Lo culpó. Lo odió. Chilló, aulló, berreó.Volvió a extrañarlo, a amarlo. ¿Y ahora, de esta cómo salgo?