martes, 19 de abril de 2016

Diario de mi cáncer: laissez faire, laissez passer



Hoy, 19 de abril se cumplen dos semanas desde que mi mamá regresó a Colombia, aunque esa madrugada del 7 de abril quería pedirle que se quedara, no podía retenerla, ella pertenece a otro mundo y yo tenía que seguir asumiendo esa decisión que tomé en 2012 cuando vine a vivir a Argentina. Comenzaba pues una nueva etapa de encuentro y reconciliación conmigo misma en soledad, ya había conocido cómo me ven los demás, los más cercanos a mí, ahora era tiempo de transformar esa niña en adulta y de ponerle luz a las sombras.

Mi temor más grande, como el de todo niño, siempre fue la soledad, ese sentirse desprotegido, sin una mano que me guiara. A lo largo de la vida había tenido la compañía de mi familia, después, cuando viví en Hungría, estuvo mi host family, luego, en Bogotá de lejos estuvo mi tía Mauxi y cada tanto viajaba mi mamá a vernos a Isa y a mí; era una protección a distancia. Otro guardián fue mi trabajo que me permitía ir y venir por el mundo, mantenerme ocupada, mi mente estaba centrada en producir para terceros. Ahora no hay nadie, sólo yo y mi mente, ocupada en trabajar por y para mí alma.  

Estos días que he convivido con la soledad me he encontrado con que no es tan mala y que en realidad el temor que tenía no era a la desolación, a la falta de alguien, sino más bien a mí misma, a esos comportamientos nocivos que se desprenden de la inseguridad, del miedo y la falta de confianza. 

Creo que siempre he proyectado una imagen de mujer fuerte, decidida, impetuosa y algunas veces imprudente (eso también me lo han dicho algunos amigos, los que más me conocen), sin embargo, hay otra parte de mí que es reservada, observadora, cautelosa, compasiva y paciente. Esas son las dos Alejandras de las que tanto hablo en mis anteriores escritos y con las que he convivido de manera separada tanto tiempo, es decir, no he encontrado el equilibrio perfecto para amalgamar esas dos personalidades.

Al principio, cuando conozco a una persona o entro en un ambiente nuevo lo hago con sutileza y reserva como observando el campo, a la defensiva, luego de un tiempo ya comienzo a soltarme y a dejar ver ese lado espontáneo, irónico y ese carácter "cucuteño Vanegas" que heredé de mi familia paterna. 

De entrada tengo mucha paciencia y soy capaz de pasar por alto mucho, incluso he permitido que me lleven puesta o me pasen por encima hasta que sale Hulk y exploto en prosa, tengo entonces la gran necesidad de poner los puntos o de "parar el carro"; el problema es que esta Alejandra no siempre tiene tacto y se vale muchas veces de las debilidades de los otros para ofender; gran error porque estoy siendo perversa con el otro, vengándome de lo que yo misma dejé pasar por alto y,  por supuesto, todo termina en una batalla campal.

De ese carácter fuerte y desequilibrado sólo ha dejado heridas en los demás y han quedado otras tantas lastimaduras en mí que de a poco he ido sanando. Me gustaría ir con cada persona a la que he lastimado y hacer lo mismo, ponerle una compresita para que cierre el traumatismo, para saldar esa deuda, pagar el karma. Como es imposible hacerlo personalmente, he contactado a algunas personas del pasado para hablar, pedir perdón y liquidar esa célula cancerígena en mi sistema inmunológico.

Ahora todo es más claro, comprendo el por qué del cáncer en los ganglios del pecho y la garganta, en el sistema inmune. Alejandra vivía a la defensiva, como si estuviera en una guerra, como un soldado del mal que primero observaba el campo, a cada uno de los "contendientes", identificada sus debilidades y cuando sus defectos le parecían insostenibles o insoportables, soltaba su mejor tiro, la palabra más hiriente, el sentimiento más odioso, la venganza y así con los años en mi cuello y mi pecho fueron muriendo las células sanas, se quemaron y quedaron negras, oscuras, malignas.

Por estos días me encontré con estas palabras del reconocido científico Albert Einstein, quien un día dijo a su maestro:

"El frío no existe.  Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. “Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor.

Y continuó, la oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio determinado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad es un término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente".

Después exclamó, el mal no existe, señor, o al menos no existe por sí mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios, es, al igual que los casos anteriores un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios. Dios no creó el mal. No es como la fe o el amor, que existen como existen el calor y la luz. El mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones.  Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz".   


Yo no era mala, simplemente me hacía falta Dios en mi vida, esa luz que alumbra cada rincón del alma, ese calor que te hace sentirte siempre acompañada y confiada, ese amor que es eterno, puro, benévolo, gentil, compasivo e ilimitado. Para llegar a esta conclusión tuve que caer bajo, experimentar lo más profundo del odio, quedarme sola en un país extranjero, en un departamento prestado y vacío, sin pelos en la cabeza, con muchos sueños frustrados y con el corazón roto. Ahora sobre las tumbas de lo que fui comienzo a construir una nueva Alejandra, que a veces tropieza pero que inmediatamente se vuelve a levantar, que en ocasiones se hunde pero saca de lo más profundo de su alma, del pedacito de Dios que vive en ella, la fuerza para no ahogarse y no regresar a ese sitio oscuro. Todas las puertas están abiertas, que la vida fluya ahora por el camino correcto. Laissez faire, laissez passer.


      


3 comentarios:

  1. Que palabra tan sabias creo que ademas de ser tu tia consentida soy tu gran admiradora la primera de tu gran grupo de FANS.Te amo mi amor Dios te bendiga y Mamita Maria te lleve de su manita

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  2. Que palabra tan sabias creo que ademas de ser tu tia consentida soy tu gran admiradora la primera de tu gran grupo de FANS.Te amo mi amor Dios te bendiga y Mamita Maria te lleve de su manita

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